ARISTODEMO                         Explorando la personalidad
5.- Ejercicios para lograr la evolución

         Ejercicio 1.-  Tiempo de ser
      En ambiente de silencio exterior. Cierro los ojos. Me tranquilizo. Me deslizo hacia lo profundo de mí.
      Para ello, debo preparar mi atención y así poder acceder a una instancia profunda. Una de las posibles maneras es recordar o imaginar un encuentro bello en que entro en diálogo positivo.
      Después, vuelvo al Aquí y Ahora. Lleno mi atención con alguna realidad de mi ser, que se haya manifestado en ese encuentro previo. Disfruto dicha realidad positiva. Llego a la fuente de agua viva. Dejo que ésta fluya hacia mi psique sanándola, y también hacia mi cuerpo sanándolo.
         Ejercicio 2.-  Análisis de sensaciones
      Es un ejercicio de autoconocimiento.
      A raíz de lo que estoy viviendo, o lo que me estén preguntando, siento en mi psique una sensación, que también se manifiesta en el cuerpo. Por ejemplo, angustia, vergüenza, etc. También puede ser ligera, como paz interior, etc. El ejercicio de Análisis consiste en atender a esa Sensación, en vez de recurrir a la Idea de lo que me está pasando.
      Una puerta de entrada al Análisis es preguntarse uno mismo(a) por esos desajustes que se ha detectado.
      Dejo que la sensación tome volumen. No importa si la sensación es fea o desagradable. Es como una amiga que viene a decirme algo. Entonces, comienzo el análisis, escribiendo. Primero exploro la sensación, sin despegarme de ella. Indico de qué está compuesta. Después profundizo en alguno de dichos aspectos.


         Ejercicio 3.-  Discernimiento
      He de hacerlo para ayudarme en la comprensión, evaluación y ajuste de mi actuar.
      En su etapa de inicio, anoto las diversas decisiones posibles. Me dejo sentir cada una de ellas, para acoger lo que vaya surgiendo.
      Son las motivaciones las que condicionan mi actuar. Anoto las que surjan hacia una u otra alternativa. Si me cuesta encontrar motivaciones, puedo buscar así:
      a) Miro mi historia pasada.- Algún recuerdo que hoy no me deje impasible: Una escena a la que envío aplausos o silbatina, haya sido yo o no el protagonista. Un recuerdo así dice algo respecto a las fuerzas que me mueven.
      b) Miro mi vida futura imaginada.- Mis sueños locos, la forma cómo viviría si cambiara mi limitante actual. O bien, imagino una escena de revisión final de mi vida; me pregunto qué me gustará conversar en ese momento, respecto a la situación de hoy.
      Indico frente a cada motivación, a cuál de las fuerzas para actuar pertenece. Puede ser una virtud o una resistencia.
      Mis motivaciones desde virtudes han de llevarme a mi decisión.
      En cambio, las motivaciones desde resistencias me permiten visualizar las dificultades que tendré para llevar la decisión a la práctica.