NOCHE SÚBITA
¿Por qué abrieron temprano el Paraíso
si me quedaban bríos de alborada?
¿por qué dejar la noche de improviso
si estaba el sueño tibio en mi almohada?
No han debido traerme sin aviso
dejando tanta luz abandonada,
la tarde enrojeciendo el cobertizo,
los aromos con luna desvelada.
Quedó la lluvia ardiendo en los jardines
pulverizando sol, como estallido
de arco iris quebrado en volantines.
He dejado la noche en el tintero,
el camino sin sombra detenido,
mi paraguas colgado en el ropero.
SÓLO EL CAMINO
Qué importa no vivir cuando se siente
que toda el alba cabe en una rosa,
que todo el cielo duerme en una fuente,
todo el amor y el odio en una fosa.
Vivir es el camino solamente
no importa si en palacios o una choza,
lo que deja el andar es accidente
bajo el sol o la niebla sigilosa.
Morir es accidente de la vida,
la vida un accidente del amor
y el amor accidente del camino.
Vivir es arriesgar una partida,
aún teniendo las cartas a favor
nadie escapa al rigor de su destino.
MÚSICA DEL TIEMPO
Pude ser el atril de la mañana
sosteniendo una música de abejas
o la música misma que se aleja
del árbol para abrir una ventana.
Pude ser el reloj o la campana
vaciando tiempo en la casona vieja
o el silbido de un pájaro en la reja
desconfiando de la presencia humana.
En las veredas pude ser el llanto
o la lluvia bajando del tejado
campanillas de amor deshilvanado.
Sumido en la profundidad del canto
sólo fui un detonante de ansiedades,
un tañedor de vastas soledades.
SE VIVE DEL PASADO
Quisiera andar de nuevo por el mundo
y escuchar si murmuran las esquinas
que juntaban veredas y vecinas
a espiar mi sombrero vagabundo.
Volver a divisar por un segundo
la sombra que corría una cortina
y alejaba una lumbre mortecina
imponiendo al cristal un no rotundo.
El pasado transita en el futuro,
asoma el alba sobre un mismo muro
y cada árbol guarda su sonido.
Si el instante genera su costumbre
tras el cristal oscuro está la lumbre;
la noche pasa, pero no se ha ido.